domingo, 18 de enero de 2015

Cadáver Divino

“¿Quién es aquel que me observa
tras los objetos sin vida?
Como una mancha indeleble
como un suspiro, distante,
 e inalcanzable.

Acaso es la locura que me aguarda
esperando, tras los envites del tiempo
incontenible
o es la fuerza de este imperio
de númenes inabarcables,
indivisibles.
El sol no te hace
en su esplendor
menos terrorífica,
presencia
¿que eres, cosa incomprensible?
Que pareces, 
tras la muerte de Dios,
su ausencia.

Y que soy de ti, y del sentido
como un gusano que refina tu cadáver
que no concibe el valor de lo vivido
y observa su prisión sin proporciones
y se pudre tras sus muros, tus altares.

¡Oh cadáver divino! ¡Gran Universo!
Pon atención a nuestras tenues locuras 
a la entropía de sexo que destilamos sin contenciones
al caos de versos e ideas de las naciones
pues cuanto tengamos de tiempo 
revolcaremos en ellas, 
nuestras pasiones
alzando la voz mas allá de este vacío
de esta tumba azul... esférica
donde nos encerraste
te instruiremos a ti, 
pues te equivocaste.

No somos muertos a tu imagen
sino existencia plena incontenible
potencia de un flujo en cada instante
de humanidad unificada 
en un orgasmo de vida inextinguible
un remoto punto del cosmos
que da sentido a tu cadáver
incomprensible.”



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